miércoles, 23 de febrero de 2011

Soñar despierta

Sueño con los ojos abiertos, despierta,muy despierta, lo suficientemente despierta como para soñar. Y como Martin Luther King tengo un sueño, un gran sueño. Y como a el, también me critican por soñar. Me critican por soñar, por tener el valor de hacerlo aún cuando muchos lo han dejado atrás. Cuando otros lo ridiculizan, lo convierten en un acto pueril. Me critican ésos y más aún me critican los que no se atreven. Me juzgan, me ponen mil distintos sellos, por atreverme a hacer lo que ellos no.
Sueño con acciones y actúo con sueños. Que el sueño trasciende el dormir,el despertar. Trasciende del subconsciente al consciente y del consciente al inconsciente. El sueño esta en mi, esta en lo que hago, en mi caminar. Esta en mi voz, en mis gritos, en cada gota de sudor que destilo por el sueño mismo. El sueño soy toda yo, porque me ocupa y lo poseo.
Por ésto me critican. Por ésto soy rebelde, soy distinta. Por hacer lo que siempre he hecho sin permiso a lo natural, sin un libreto, ni instrucciones, ni adiestramiento, en libertad. Por ésto se sienten intimidados aquellos que critican, aquellos que se ofenden. Ésos que olvidaron cómo hacerlo, o no se atreven, o no quieren. Los mismos que se habitúan a una vida sin sueño, sin sueños. Sí esos que no me entienden o no me quieren entender, por miedo a reconocerse en mi, por miedo a querer soñar también, por miedo a cambiar. Ésos que cuando aparezco yo con mi sueño a flor de piel, en la punta de la lengua y con el grito en el cielo se intimidan. Y en su cobardía se arman de mínimo valor para alzar la voz y atacarme con envidiosa crítica...

martes, 22 de febrero de 2011

Palabras para el día de hoy (reacción)

Desilusión, mediocridad, hipocresía, cansancio físico, cansancio de espíritu, corazones rotos, dudas, individualismo, falta de respeto, retos, falsas promesas, promesas rotas, ignorancia, conciencias sufriendo, exigencias, ataques, desplantes, celebraciones vacías, brazos caídos, hombros cansados, piernas inmóviles, pies arrastrados, pocas manos a la obra...

sábado, 19 de febrero de 2011

La razón que grita

"La razón no grita, la razón convence" escuché a alguien decir mientras yo discutía con otra persona sobre la actual situación en la UPR. Se refería por supuesto a la forma en que los estudiantes en huelga llevan a cabo la mayoría de sus manifestaciones. En el momento el antiguo refrán me cayó como bomba y lo ignoré, sin saber cómo reaccionar, ni qué contestar, y seguí discutiendo con quien ya lo hacía. Varios días han pasado desde entonces, y junto con los días más sucesos de los cuáles hablar en la UPR.
El refrán quedó grabado en mi subconsciente y hoy mientras tomaba el tren en dirección a la UPR (una vez más) no pude evitar reflexionar sobre el refrán y en cómo se aplicaba a la realidad y el contexto de las pasadas dos semanas. Tal vez sea cierto eso de que la razón debe convencer y no gritar. Pero también es cierto que para que la razón convenza debe ser escuchada. Sin embargo en los pasados días, o meses o quizás años, la razón ha sido ignorada. Cayendo en el vacío y en oídos sordos todas las palabras, propuestas, sugerencias, quejas, que ha emitido. Se ha encontrado de repente la razón dirigiéndose a paredes o tratando de explicarle algo a una piedra o haciéndole propuestas a un pozo vacío. Es por esto que la razón no ha convencido, como es "debido", porque como es "debido" tampoco ha sido escuchada. Se le han negado las oportunidades de convencer una y otra vez. Con cada respiro que cogió para comenzar un diálogo, fue mandada a callar sin apenas haber emitido el más mínimo sonido.
Y como vivimos en un mundo en el que todo debe ser de cierto modo pero nada es como debe, pues en vez de convencer la razón, ha convencido la irracionalidad. Porque tuvo más oportunidades de "hablar" para convencer. Aunque realmente la irracionalidad ha gritado más que la razón, la diferencia está en la forma en que ha gritado. Ha gritado a través de un micrófono, de la prensa, los noticiarios radiales y televisivos. La irracionalidad a gritado a través de los medios de comunicación, una vez más engañando a quien la escucha para q sea confundida con la razón. Gritó con un tono moderado de voz, gritó de una forma distinta, para pasar como la razón que convence, habla, argumenta y aún con este disfraz ha gritado tanto o más que la razón. Como consecuencia son muchos los confundidos, los que no saben distinguir racionalidad de irracionalidad.
Y la razón se ha visto en la necesidad de gritar, cansada de hablar a oídos sordos, oídos necios, oídos intransigentes, impenetrables. La razón ahora grita en la voz de aquellos que la poseen. Grita, con la intención de ser al menos oída, con la esperanza de poder en algún momento dejar de gritar, para volver a hablar. Pero esto sólo pasara cuando los oídos estén dispuestos a escuchar, a entender, (por que el que se atreve a escuchar se arriesga a entender y dejarse convencer), a convencerse, hacer lo que "debe". Mientras, la razón seguirá gritando de distintas maneras y formas. Seguirá persistente, energética, dispuesta, con voz inmutable, infinita. Porque así cómo no ha perdido la voz en los momentos de dar interminables argumentos, en múltiples diálogos a través de la historia, tampoco la perderá ahora que grita. Y seremos muchos los que prestaremos nuestras cuerdas vocales, pulmones, voces, cuerpos para que la razón nos posea mientras de la misma forma la poseemos a ella.